martes, 8 de septiembre de 2020

SALUD EMOCIONAL

 ¿Qué es buena salud emocional?

Las personas con buena salud emocional están conscientes de sus pensamientos, sentimientos y comportamientos. Han aprendido maneras saludables para afrontar el estrés y los problemas que son parte de una vida normal. Se sienten bien acerca de sí mismos y tienen relaciones interpersonales saludables.

Sin embargo, muchas cosas suelen ocurrir en la vida que pueden perturbar su salud emocional y provocar sentimientos fuertes de tristeza, estrés o ansiedad. Estas cosas incluyen: ser despedido de su trabajo, tener un hijo que deja la casa o regresa a esta, afrontar la muerte de un ser querido, divorciarse o casarse, sufrir una enfermedad o una lesión, obtener una promoción en el trabajo, tener problemas de dinero, mudarse a una casa nueva o tener un bebé. Los cambios favorables pueden ser tan estresantes como los cambios desfavorables.

La salud mental y emocional de los adultos mayores se puede mejorar mediante la promoción de hábitos activos y saludables. Ello supone crear condiciones de vida y entornos que acrecienten el bienestar y propicien que las personas adopten modos de vida sanos e integrados. La promoción de la salud mental y emocional depende en gran medida de estrategias conducentes a que los adultos mayores  cuenten con los recursos necesarios para satisfacer sus necesidades básicas, tales como:

  • protección y libertad;
  • viviendas adecuadas mediante políticas apropiadas;
  • apoyo social a las personas de edad más avanzada y a quienes cuidan de ellas;
  • programas sanitarios y sociales dirigidos específicamente a grupos vulnerables como las personas que viven solas y las que habitan en el medio rural o las aquejadas de enfermedades mentales o somáticas;
  • programas para prevenir y abordar el maltrato de los adultos mayores;
  • programas de desarrollo comunitario.


lunes, 20 de julio de 2020

BENEFICIOS DE LA TERAPIA OCUPACIONAL EN EL ADULTO MAYOR





Los beneficios de la terapia ocupacional en adultos mayores  tiene una gran evidencia de efectividad, realiza un abordaje global de la persona aportando mejoras en su funcionalidad.

El objetivo principal de la terapia ocupacional en personas adultas mayores es mantener al máximo su participación en las actividades de la vida diaria: vestirse, comer, asearse, etc.

La prevención es básica para conseguir un buen envejecimiento, saludable y activo. Y, para ello, la terapia ocupacional se hace indispensable para ayudarnos con nuestra funcionalidad.

Además de la participación de la persona adulta mayor en las actividades de la vida diaria, la terapia ocupacional también se ocupa de encontrar actividades relacionadas con la historia de vida de la persona y así mantenerla conectada con su entorno social.


Beneficios de la Terapia Ocupacional en Adultos Mayores :

  • Exploración los intereses de la personas adultas mayores.
  • Evaluación funcional de la personas adultas mayores realizando las actividades de la vida diaria.
  • Identificar barreras físicas que interfieren con la movilidad funcional dentro del domicilio.
  • Identificar y eliminar factores de riesgo de caídas y accidentes en el domicilio.
  • asesoramiento en realización a los productos de apoyo que benefician la movilidad funcional y la ejecución de las actividades de la vida diaria.
  • Enseñar técnicas y estrategias para el manejo de la propia salud.

Los beneficios de la terapia ocupacional en adultos mayores  radican en posicionar a la persona mayor en el centro de la intervención, generando que adopte un rol activo e involucrándose totalmente en su tratamiento.


martes, 18 de febrero de 2020

Envejecer es obligatorio, Crecer es….…

El primer día de clases en la universidad, nuestro Profesor se presentó a los alumnos y nos desafío a que nos presentásemos a alguien que no conociésemos todavía.

Me quede de pie para mirar alrededor, cuando una mano suave tocó mi hombro. Miré atrás y vi a una pequeña señora, viejita y arrugada, sonriéndome radiante, con una sonrisa que iluminaba todo su ser.

Dijo: “Eh muchacho Mi nombre es Rosa. Tengo 87 años de edad. ¿Puedo darte un abrazo?... Me reí y respondí: “¡Claro que puede!”.  Y ella me dio un gigantesco apretón.

“¿Por qué está usted en la facultad en tan tierna  e inocente edad?”, pregunté a la dama.  Respondió juguetona: “Estoy aquí para encontrar un marido rico, casarme, tener un montón de hijos y entonces jubilarme y viajar”. “Está bromeando”, le dije.  Yo estaba curioso por saber qué le había motivado a entrar en este desafío con su edad; y ella dijo:Siempre soñé con tener estudios universitarios, y ahora estoy teniendo uno”.  Después de clase caminamos a la unión de estudiantes y compartimos una malteada de chocolate.  Nos hicimos amigos instantáneamente. 

Mientras reíamos, ella despejó su garganta y comenzó: “No dejemos de jugar porque envejecemos; envejecemos porque dejamos de jugar”.       

Existen solamente tres secretos para que continuemos jóvenes, felices y obteniendo éxito: Se necesita reír y encontrar humor en cada día.  Se necesita tener un sueño, pues cuando éstos se pierden, uno muere… ¡Hay tantas personas caminando por ahí que están muertas y ni siquiera lo sospechan!  Se necesita conocer la diferencia entre envejecer y crecer…

La idea es crecer permanentemente a través de la vida y encontrar siempre la oportunidad en la novedad. Los viejos generalmente no se arrepienten por aquello que hicieron, sino por aquellas cosas que dejaron de hacer.  Las únicas personas que tienen miedo de la muerte son aquellas que tienen remordimientos.


Consejos para mejorar el bienestar emocional de las personas adultas mayores



La motivación es uno de los elementos principales de la vida de cada ser humano, es el motor que permite producir cambios favorables y positivos frente a tareas, situaciones, trabajo, aprendizaje y aceptación del diario vivir; es así, que en la persona adultas mayor, (tercera edad) este elemento debe estar en niveles altos para que su acción dentro de la familia, amigos, comunidad y sociedad sean prósperos y por consiguiente influya en su estado de salud, funcionabilidad y autonomía.
La psicología de la vejez es un campo relativamente nuevo y ha recibido, en las últimas décadas, un importante desarrollo en investigaciones tanto a nivel profesional como empírico.

La denominada Psicogerontología se nutre de las desarrolladas de la gerontología, la cual se define como un conjunto de lecturas disciplinarias que se producen sobre la vejez como una visión integrativa de los aspectos Biológicos, Psicológicos y Sociales.

Esta propuesta se denomina “SOPORTE EMOCIONAL” para el adulto Mayor, Jubilados y Pensionistas la cual tiene contenidos con sus respectivos intereses, y para su ejecución, este evento debe ser aplicado dentro de la Geriatría, Psicología y Motivación.

En la persona Mayor la Motivación es uno de los factores influyentes en la participación con los grupos sociales donde pueden desempeñar roles acurde con su edad, aportando de este modo a un envejecimiento saludable donde intervienen las diferentes dimensiones del ser humano.

En tal virtud, se puede reiterar como lo afirma Fernández Ballesteros que: “la participación favorece las relaciones sociales con sus semejantes no pertenecientes a la familia pero que son indispensables para favorecer estados y niveles de bienestar físico, psicológico y calidad de vida en el contexto que habita”.



Gracias a los avances de la medicina y a la promoción de la salud las personas han ganado en calidad de vida y longevidad. Por ello, cada vez se están poniendo más esfuerzos en garantizar una vida enérgica, equilibrada y saludable para las personas mayores. Cuidar el bienestar emocional será uno de los pilares de una vida adulta saludable.

La salud es un estado de completo bienestar físico, mental y social. En la vejez en particular, los estados emocionales se convierten en el motivo más importante para mantener la satisfacción con la vida. Ser mayor supone tener una perspectiva de la vida plena: la perspectiva que te aporta la riqueza de la experiencia.

¿Qué es el bienestar emocional?

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), el bienestar emocional es un “estado de ánimo en el cual la persona se da cuenta de sus propias aptitudes, puede afrontar las presiones normales de la vida, puede trabajar productiva y fructíferamente y es capaz de hacer una contribución a la comunidad”. En una visión más amplia, también hablaremos de bienestar emocional en relación a la capacidad de adaptación a los cambios, la flexibilidad para aprender cosas nuevas, así como tener sentido del humor, conjuntamente con un estilo de vida saludable y activo.

¿Qué puedo hacer para mejorar mi bienestar emocional?

Por este motivo, en una primera visión de los elementos que conforman el equilibrio emocional en las personas mayores, debemos hablar de la importancia de disponer de objetivos que aporten significado a nuestra existencia y una relación de correspondencia con el entorno social, con los demás.

Para lograr el bienestar emocional deseado en la Tercera Edad es elemental llevar un estilo de vida activo, el cual implica mucho más que realizar actividad física o realizar las tareas del hogar. Incluye también participar en la sociedad, ya sea en las relaciones con otras personas, en los eventos sociales y culturales de nuestra comunidad, en la práctica religiosa o espiritual, o en los temas cívicos que nos interesen.
Este momento del ciclo puede convertirse en una oportunidad para hacer todas aquellas cosas arrinconadas por el trabajo en años anteriores: la atención a los hijos o el cuidado de familiares, entre otros. Envejecer activamente implica participar y encontrar un significado a lo que hacemos. En esta etapa de la vida hay muchos aspectos positivos, como la serenidad de juicio, la madurez y la experiencia. Sin embargo, desde el fin de la madurez, el individuo vive un periodo que en muchos casos está ligado al sentimiento de pérdida: pérdidas de seres queridos, pérdida de capacidades mentales y físicas, pérdida de responsabilidades o de relevancia para los demás. Asimismo ha de enfrentarse a cambios psicosociales importantes ligados a la jubilación, la cual requiere ajustes económicos y sociales. Por tanto, más que nunca se necesitará una actitud optimista y activa ante la vida que emane desde el interior.

La importancia de la actitud. Plantéate objetivos y relaciónate socialmente.

Las personas mayores tienen el difícil papel de ser ellas mismas las responsables de adoptar una actitud positiva, dar un significado positivo a la vida y convivir con las dificultades propias de la edad. Mantener un contacto vital con el mundo que nos rodea será el primer paso para encontrar una actitud positiva y llena de significado. Es importante no dejarse abandonar, entrar en contacto con familiares y amigos, querer estar al tanto de las noticias y de la actualidad, saber sobre los planes de los nietos, con quienes salen y cuáles son sus aficiones. Cuanto más contacto tengas con la realidad que te envuelve, más fácil te será encontrar esas razones para vivir.

Un segundo paso para dar significado a la vida es marcándose retos y metas. Metas que no tienen que ser grandes hazañas, pero sí objetivos que estimulen y hagan la rutina más agradable: tener unos horarios regulares para las actividades cotidianas, salir a dar un paseo todos los días, relacionarse con el vecindario, comer con la familia, hacer algunas gestiones o asumir ciertas responsabilidades. La vida te da grandes oportunidades en cualquier momento. Para todos es de vital importancia, pero en las personas mayores es verdaderamente positivo establecer y mantener relaciones sociales, situadas en el contexto de la participación, la seguridad y la salud.

Hay que tener presente que la soledad es uno de los grandes enemigos del bienestar. Las dificultades asociadas a la vida de los mayores hacen que sea frecuente encontrar personas que pasan gran parte del día solas. Los demás andamos demasiado atareados para pasar tiempo con ellos. En este sentido, las relaciones en el seno de la familia son muy importantes, ya que implican a las personas mayores como cuidadoras y como cuidadas. También en este sentido será importante que las personas mayores tomen un papel activo en este área. No esperes sentado en casa a que tus amigos y familiares te llamen o te pasen a ver. Hacerse responsable de las relaciones sociales será una actividad más de tu agenda. Llama a tus familiares o pide ayuda en algún asunto. Encarga una cena o apúntate a las actividades del barrio.

¿Qué importancia tiene la actividad mental?

Otro aspecto fundamental para las personas mayores es el de mantener una actividad mental frecuente. Son muchas las personas que después de la jubilación dejan por completo de realizar actividades que impliquen la activación mental: concentración, memoria, capacidad de cálculo, entre otros. Sin embargo, está demostrado que la inactividad mental contribuye claramente al deterioro de la mente en personas mayores. Por este motivo será fundamental que reservemos parte del día para sumergirnos en actividades que requieran actividad mental: jugar a las cartas, aprender alguna poesía o hacer cuentas con nuestros ahorros y los gastos diarios. La memoria suele sufrir grandes variaciones con la edad, siendo la memoria a corto plazo la que más se afecta. Es común que las personas mayores recuerden con mayor nitidez algunas escenas de hace varios años que lo que hicieron ayer.

Las relaciones sociales diarias te ayudarán a mantener la memoria a corto plazo, porque te obligarán a estar en contacto con el presente. En la sociedad existe una actitud negativa ante la actividad sexual durante esta edad, que unida a la disminución de la autoestima puede dar lugar al aislamiento en relación a la vida sexual. Por el contrario, pese a las dificultades de interacción que pueden existir o no, la práctica de la sexualidad sí es fisiológicamente posible y enriquecedora emocional y afectivamente. Existen muchos factores que influyen en la actividad sexual de las personas ancianas, como una razonable buena salud, interés por lo sexual y el estado emocional y afectivo de la pareja. Generalmente la forma de interacción sexual varía, dándose mayor importancia a aspectos cómo ternura, intimidad corporal, afectividad y comunicación, a la vez que se relativizan los contactos meramente físicos. Las conductas de carácter sexual en personas mayores suelen ser un buen indicativo del buen estado emocional de la persona.

¿Cómo puedo mantener el bienestar emocional en la Tercera Edad?

Para conservar la salud emocional, hay que tomar un papel activo en las decisiones que afectan a uno mismo. Es importante, como en cualquier edad, que la felicidad dependa de nuestras ganas de vivir y que sepamos encontrar significado a la vida y gastar tiempo para conformar un entorno rodeado de los demás. Es favorecedor tomar decisiones, decidir cómo se quiere vivir, cómo disfrutar del tiempo de ocio y también cómo participar en las decisiones que afectan a nuestra salud. Cada decisión tendrá unas consecuencias que influirán en la realidad, cambiando el curso de las cosas y del entorno. La vejez no debe verse como una etapa final, sino como una etapa de maduración del ser humano.

La espiritualidad se manifiesta en la tercera edad como un principio de transformación personal e interpersonal, que fortalece para resistir las dificultades de los últimos tiempos-
L espiritualidad en la adultez mayor, tiene que ver con el bienestar psicológico de la persona en su relación con los demás, con su propio crecimiento personal y el propósito que le de a su vida.


La felicidad de las personas mayores depende más de una actitud positiva que del estado físico

Una actitud positiva ante la vida proporciona mayor felicidad en la vejez que el estado de salud, según una investigación desarrollada por la Universidad de California en San Diego. El estudio pone de manifiesto que el optimismo y la actitud de “hacer frente” a las cosas son más importantes para conseguir un envejecimiento feliz, que las mediciones tradicionales de salud y bienestar. Una nueva percepción del envejecimiento que pone fin a la creencia de que el buen estado físico es sinónimo de un envejecimiento óptimo.


La felicidad en la vejez depende más de una actitud positiva que de la salud que se tenga, señala un estudio realizado por el Sam and Rose Stain Institute for Research on Aging (SIRA), perteneciente a la Universidad de California en San Diego. El estudio llama la atención por la inusual consideración de criterios subjetivos para evaluar el estado del envejecimiento.

En esta investigación se examinó a 500 voluntarios de edades comprendidas entre los 60 y 98 años, que vivían independientemente y que habían padecido diversas enfermedades, como el cáncer, fallos cardiacos, diabetes, problemas mentales u otro tipo de disfunciones.
Tal como explica al respecto la revista Medicalnewstoday, a los participantes en el estudio se les pidió que evaluaran su envejecimiento en una escala del 1-10, siendo 10 un grado de buena calidad de vida en la vejez.

La media de esta valoración entre los encuestados fue de 8.4, lo que desvela la actitud positiva dominante respecto a cómo vivían su envejecimiento. Menos del 10% de los entrevistados asociaban la calidad de su envejecimiento con el estado de salud corporal.


Lo más sorprendente de los resultados obtenidos, sin embargo, fue que los voluntarios más optimistas –aquellos que pensaban que estaban envejeciendo bien- no siempre coincidían con los que tenían mejor salud.

Ver con buenos ojos la vida

La investigación, llevada a cabo por el profesor Dilip Jeste, de dicha Universidad, y sus colegas, señala que el optimismo y la actitud de “hacer frente” a las cosas son más importantes para conseguir un envejecimiento exitoso que las mediciones tradicionales de salud y bienestar. Es decir, que el estado físico no es sinónimo de un envejecimiento óptimo. Por el contrario, una buena actitud es casi una garantía de un buen envejecimiento.

Suele considerarse normalmente que una persona “envejece bien” si tiene pocas dolencias o si sigue manteniendo más o menos sus facultades, si bien no existe un consenso en la comunidad médica a la hora de definir con exactitud lo que puede entenderse como un envejecimiento adecuado.

Este estudio demuestra que la percepción que se tiene de uno mismo puede ser incluso más importante que el estado físico, a la hora de considerar que el envejecimiento se está desarrollando adecuadamente. La salud física ha dejado de ser de esta forma el mejor indicador de un envejecimiento adecuado, según este estudio.

Otra conclusión que se desprende de este estudio es que la preocupación de las personas que adentran en edades avanzadas no debe centrarse tanto en el estado de salud como en el cuidado y cultivo de actitudes positivas, ya que estas actitudes pueden ser más importantes que el estado de salud corporal para alcanzar el envejecimiento adecuado.

La investigación también ha demostrado que la gente que pasa algo de tiempo cada día socializándose, leyendo o participando en otras actividades de ocio, tienen un nivel de satisfacción más alto en la vejez.

Los resultados de esta investigación no han sido publicados todavía, pero fueron dados a conocer en la asamblea anual de la
American College of Neuropsichopharmalogy, celebrada esta semana en Waikoloa, Hawái. La ACNP, fundada en 1961, es una organización profesional de más de 700 científicos, entre los que se encuentran tres premios Nobel. Su misión es prevenir enfermedades del sistema nervioso mediante el estudio del cerebro.

Buen estado de salud mental

Dilip V. Jeste, artífice de esta investigación, es profesor de psiquiatría y neurociencia en la Universidad de California. Está especializado en geriatría psiquiátrica y es el editor del American Journal of Geriatric Psychiatry.

Además, Jeste es jefe de la División de Geriatría Psiquiátrica de la mencionada Universidad y participa en numerosas actividades de investigación, preparación y cuidado de pacientes de la tercera edad. En una entrevista publicada el pasado septiembre por
Medscape, explica entre otras cosas los mecanismos que permiten un envejecimiento exitoso.

Junto a su colega Gregory Stain en el Sam and Rose Stain Institute for Resarch on Aging (SIRA), también perteneciente a la universidad de California en San Diego, Jeste ha desarrollado otras investigaciones entre las que destaca un
estudio sobre la misma temática.

En este estudio participaron 1.000 voluntarios sénior que viven en California, los cuales rellenaron un completo cuestionario acerca de su nutrición, su historial médico, hábitos de ejercicio y, en general, su estilo de vida. Asimismo, muchos de esos participantes facilitaron muestras de sangre para que se pudiera conocer su estado de salud. Los primeros resultados de este estudio señalan también que un mal estado físico no tiene por qué desembocar en un envejecimiento negativo.

A partir de estos resultados, Jeste y se equipo pretenden continuar analizando las causas de las diferentes percepciones sobre el envejecimiento, ya que estudios previos han demostrado que el mantenerse activos y el realizar ejercicio físico habitualmente ayuda también a envejecer en buen estado corporal y mental.

Otra prometedora área de investigación en la que el Jeste y el SIRA pretenden profundizar es la del cerebro, puesto que diversos estudios han adelantado ya que puede que haya neuronas que sí se regeneran, a pesar de la edad.

De esta manera, Jeste pretende descubrir por qué hay personas que, con 80 ó 90 años de edad siguen perfectamente activas, tengan o no achaques, y de qué depende el estar bien la mayor parte de tiempo que podamos de nuestra vida.


Material: Dr. Galo Gálvez